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Yo tengo el poder

Yo tengo el poder

Con este titular reflejaron varias publicaciones internacionales el triunfo del luchador pinareño Mijaín López en la final de los 120 kilogramos de la lucha grecorromana en los Juegos Olímpicos de Beijing.

El fornido atleta de Herradura no creyó en su acérrimo rival, el ruso Khasan Baroev, y lo derrotó en la disputa por el título estival dos asaltos a cero, con marcadores de cinco puntos a cero en el primero e igualdad a uno en el segundo.

Mijaín hizo una competencia limpia, dominante y demostró que es el mejor gladiador del estilo clásico en el último ciclo olímpico.

Del 2005 a la fecha el Gigante de Ébano ganó los mundiales del referido año y el del 2007, fue subcampeón en el 2006 y ahora sumo el único cetro que le faltaba a su colección de trofeos.
“Si la llevó, la traigo” fue la frase que le dijo el abanderado cubano a su madre Lourdes Nuñez antes de partir a la capital china y el muchacho cumplió con ella, su patria y su pueblo.

Emocionada por la medalla de oro alcanzada por su hijo, Lourdes expresó que la bandera antillana tenía que hondear donde quiera que él estuviese, “ahora más que nunca porque tenía un compromiso muy grande, como siempre no me hizo quedar mal ni a mí ni al Comandante”.
Baroev se quedó con la presea de plata y las de bronce fueron para el lituano Mindaugas Mizgaitis y el armenio Yuri Patriekeev. "Pudo haber ganado cualquiera", expresó Baroev. "Pero ganó López y lo único que me queda es felicitarlo".
Cuando se le preguntó si la fortuna ayudó a Mijaín, el ruso dijo que "no corresponde hablar de suerte. López es uno de los mejores luchadores del mundo".
En su marcha hacia la final el vueltabajero venció al bielorruso Siarhei Artsiukhin, al armenio Yuri Patrikeev y al sueco Jalmar Sjoberg.

Cuba es una potencia en la lucha grecorromana y esta fue su cuarta medalla olímpica de oro en esta disciplina.
El primer campeón bajo los cinco aros de Cuba fue Héctor Milián en Barcelona 1992, coincidentemente pinareño y abanderado de la delegación, además de ser el primer titular antillano de aquella cita.

En varias oportunidades Mijaín reconoce a Milián como su ídolo y uno de los que más ayudó en su formación como luchador.

Lo cierto es que ya Cuba encontró el camino dorado, la puerta la abrió como todos esperaban el gran Mijaín: ahora a seguir al campeón.

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